A mayor bienestar mejor salud
Ya sea nuestro objetivo tener una mejor relación con la comida, hacer más deporte o llevar a cabo hábitos de vida más saludables, para este año hemos aprendido que los propósitos de año nuevo raramente se cumplen (y ahora más que nunca) y que lo más importante es fijarse una meta final de satisfacción y hacer pequeños pasos para conseguirla.
Todo repercute en todo. ¿Todo el mundo quiere ser feliz, verdad? Si te propones serlo más de lo que eres ahora, te darás cuenta que cosas tan básicas como nuestra actitud, las cosas que hacemos, como comer bien, hacer ejercicio físico, hacer actividades de placer, comunicarnos más, prestar más atención a lo que hacemos en vez de caer en el problemático multitasking son muy buenos ejemplos para empezar a mejorar nuestro estado de bienestar.
Aunque previamente debemos mirar que hay en nuestra mente para asegurar que tenemos la suficiente paz en nuestro interior para ser capaces de llevar a cabo actividades con un propósito.
La clave del bienestar empieza en nuestra mente, y nosotros te damos 4 pasos para conseguirlo, recogidos por nosotros según el experto neurocientífico Richard J. Davidson:
- Resilencia:
No podemos controlar cómo cambian las cosas. El continuo sube-baja en la escala de la felicidad viene condicionado por hechos que en gran medida, no están en nuestra mano poder evitarlos o cambiarlos. La clave es fluir y no quedarse atascados en las experiencias negativas, y esforzarse por intentar modificar los malos hábitos que sí que están en nuestra mano poder cambiar.
Por ejemplo, no podemos controlar ciertos parámetros de nuestra vida que dependen de los demás, pero todo lo que tiene que ver con sólo nuestra actuación sí que podemos cambiarlo. Si consideramos que nuestro peso no es el correcto o que empezamos a ver señales de la edad en nuestra piel, podemos elegir cambiar nuestros hábitos alimenticios y cuidar más nuestra piel. Decidir pasar de página y apostar por algo bueno también es una forma de ser resilente.
- Perspectiva positiva:
La segunda clave para el bienestar es la perspectiva positiva. Ver las cosas de una cierta manera, hasta en medio de problemas muy grandes, parecerá primeramente una actitud muy despreocupada o insensible, pero francamente, no es así; es la mejor estrategia para evitar problemas mayores como la depresión.
Ejercicios como la meditación es una actividad que podemos hacer para escaparnos de vez en cuando de ciertas situaciones que nos perjudican mental y físicamente.
- Atención plena:
Lo hemos comentado antes y, desde hace ya un cierto tiempo, con la aparición de las nuevas tecnologías solemos hacer muchísimas cosas a la vez. Según los expertos, una mente errante es una mente infeliz, por lo que divagar constantemente y no centrarse en lo que se está haciendo hace que no prestemos atención a los pequeños detalles y tampoco nos permite estar relajados.
¡Practica el mindfulness! Te ayudará a centrar tu mente en el presente, y te repetirás constantemente lo que estás haciendo y le encontrarás un sentido.
- Generosidad:
Ciertas investigaciones han demostrado que existe más placer en dar que en recibir. Un comportamiento altruista activa circuitos en el cerebro que son claves para el bienestar de las personas. Ser generosos y ayudar a los demás tiene además un efecto boomerang, se revierte en nosotros rápidamente generando un estado de bienestar, equilibrio mental y felicidad.
Si trabajas en estos cuatro puntos, todo vendrá rodado. Piensa en qué actividades puedes hacer para practicarlas, y verás que se empezará a generar un círculo vicioso donde más bienestar significará más salud, y más salud significará más belleza y harmonía.
La verdadera belleza se trabaja desde el interior, ¿lo sabías?